
Para nadie es un secreto que la okupación como negocio va más allá de vivir sin coste de vivienda, okupas que alquilan las habitaciones del piso que han okupado, entre otras artimañas, son el día a día. Por eso no sorprende hasta dónde pueden llegar en su afán por lucrarse.
En Sevilla, específicamente en el Barrio de Los Remedios, se produjeron dos okupaciones usando el mismo método, una nueva técnica okupa donde, es claro que ya tenían las viviendas seleccionadas, sabían que estaban vacías, todo lleva a que primero estudiaron la zona.
Luego de ubicar las casas, viene la segunda fase de su plan; una persona se presenta en el lugar y se identifica como el nuevo propietario del piso, se apoya en una carpeta donde supuestamente tiene las escrituras.
La clave está en la naturalidad con la que habla con los vecinos, lo hace con seguridad, les cuenta que viene con un cerrajero porque acaba de comprar la vivienda y por precaución debe cambiar las cerraduras.
Ahora bien, en este caso, una vecina no quedó convencida y se comunicó con el dueño del piso y con la Policía, quienes se presentaron rápidamente en el domicilio, luego reinó la confusión.
Intente imaginar el escenario: están la vecina que dio el aviso, el verdadero propietario del piso, el okupa con su cerrajero, afirmando que él es el propietario real del inmueble y para supuestamente aclarar todo llama a su abogado, quien también llega al lugar.
En medio de la confusión, el dueño del piso fue quien tuvo que demostrar que era el verdadero propietario del inmueble, tuvo que buscar las escrituras porque los policías alegaban que quien tenía documentos era el okupa, quien sí tenía unas escrituras, pero por supuesto, eran falsas.
Lo lamentable de todo fue que después de aclarar la situación dejaron ir al okupa, a quien se le acusó de un delito sin especificar, pero el caso fue archivado por falta de pruebas.
El otro caso
En el Edificio Presidente ubicado también en el Barrio de Los Remedios, sucedió un caso donde los okupas utilizaron el mismo modus operandi.
Un individuo que portaba una carpeta con documentación falsa, se dirigió de manera muy natural a distintos vecinos comunicandoles que era el nuevo dueño de una de las viviendas, venía acompañado de un cerrajero quien procedió a cambiar la cerradura del piso escogido.
Pero la vecina más cercana llamó a la dueña del inmueble, y al confirmar que no había ninguna venta llamó a la Policía, quienes se apersonaron en el lugar, procediendo a recuperar la vivienda y a detener al sujeto, quien terminó detenido por la supuesta comisión de un delito de usurpación.
Se enciende la alarma
Este hecho generó tal preocupación en los vecinos que la intercomunidad de propietarios, a través de la administración de fincas, emitió una circular pidiendo que se extremen las precauciones ante la presencia de personas ajenas en la urbanización.
En especial en los alrededores de los pisos desocupados de manera temporal, alertando de esta nueva técnica okupa, donde cualquiera podría caer.
Los casos anteriores confirman como el negocio de la okupación se extiende y, para la intranquilidad de los ciudadanos, se diversifica, tejiendo redes donde ya los cerrajeros okupas toman protagonismo en estos delitos.