La okupación ilegal de viviendas es uno de los grandes problemas que se deben enfrentar hoy día. El barrio del Gancho, en pleno centro de Zaragoza, concentra uno de los mayores números de edificios okupados, 22 en total.
Este conflictivo barrio incluso aparece con frecuencia en los titulares de la sección de sucesos de los medios de comunicación regional por delitos ligados al negocio de las drogas.
Pero este problema no es nuevo en este barrio que en otro momento fue muy conocido por la venta de estupefacientes, pero que gracias a la disposición de promotores y constructores de los años 90, se pudieron derribar muchas casas en ruinas, y en su lugar se levantaron viviendas nuevas que favorecieron a esta comunidad.
El problema es que, en la actualidad, muchos de esos edificios que se lograron construir o recuperar y, en los cuales se invirtieron miles de euros, están invadidos por okupas traficantes.
Esto ha devenido en narcopisos y narco edificios, como denuncian los vecinos de esta zona preocupados por la vulnerabilidad que han sentido hacia su seguridad.
Ahora bien, mientras los vecinos están cansados por tanta inseguridad (afirman que los okupas son los mismos que les roban los móviles), las gestiones realizadas por la administración no han sido suficientes para detener la okupación y el aumento de los narcopisos.
Sin embargo, uno de las medidas que se han tomado para detener estos delitos, de parte de algunos ayuntamientos, ha sido poner en práctica un plan de recuperación de varias calles conflictivas, que incluye la compra de algunos edificios okupados, se proponen rehabilitar algunas viviendas y alquilarlas a un precio accesible con la intención de recuperar la zona.
Así como contratar profesionales especializados en desalojos como Desocupaciones Mallorca, para tratar con los okupas conflictivos presentes en algunos de los edificios.
Características de los edificios okupados
Estos edificios pueden ser reconocidos fácilmente porque no suelen tener puerta. Uno de los graves problemas que se genera es la suciedad porque los okupas dejan su basura tirada en la calle o en otros portales sin importarles la hora del día.
Además, los edificios okupados se deterioran más porque no hay inquilinos ni propietarios que se ocupen del mantenimiento, aunado a que los okupas se roban la luz y el agua ocasionando daños al vecindario e incluso los vecinos obligados a convivir con estas personas.
Debido a la facilidad de okupar en esta clase de edificios, generalmente vacíos, se crea un lugar propicio para comerciar con estupefacientes, lo que genera peleas, discusiones, representando una amenaza permanente para los vecinos del lugar pues los okupas no respetan ninguna norma de convivencia.
Por su parte, la Plataforma de Afectados por la ocupación, estima que hay 100,000 inmuebles afectados en España, aunque en los datos oficiales no se considera el fenómeno conocido como inquiokupación (cuando un inquilino pasa a ser un okupa porque deja de pagar).
Sin embargo, sea cual sea la cifra está no desestima a los afectados por el flagelo de la okupación, sobre todo, cuando se trata de barrios como el Gancho donde el problema de la okupación ha derivado en narcopisos y narco edificios.
Especialmente cuando son okupaciones de delincuentes ligados a la venta ilícita de drogas, donde solo han logrado convertir en un calvario la vida de los vecinos de estas comunidades donde las mafias actúan a sus anchas al sentirse impunes.