Desocupaciones Mallorca

hotel en mal estado

A lo largo de los últimos años todo el territorio español se ha visto afectado por el fenómeno de la okupación, las islas no han sido la excepción. 

En febrero de este año, el Grand Hotel Callao Sport, ubicado en Calle Salvaje (Adeje) fue forzado convirtiéndose en un foco de okupas. Actualmente residen allí alrededor de 300 personas, la mayoría de ellas de origen marroquí o hispanoamericano. 

Domasa, S.A, la empresa propietaria de las instalaciones inauguró el hotel en el año 2009, al principio como alojamiento vinculado al mundo del deporte, después, sin eliminar esta modalidad se enfocaron en el turismo francés.

Pero, debido al covid-19 y al confinamiento obligado que con él vino, el Hotel Callao Sport cerró sus puertas, reabriendo a finales de julio de 2020; sin embargo, por motivos económicos, dos meses después tuvieron que poner en venta el complejo. 

Así asaltaron las instalaciones

Pese a la presencia de personal y de sistemas de seguridad, el 18 de febrero pasado ocurrió un intento de robo, rompieron equipos de vigilancia y causaron otros daños que requirió la intervención de la Guardia Civil. 

Para esa fecha, ya había una docena de personas instaladas en el hotel, tres días después ya eran cincuenta hasta llegar a las 300 de hoy. 

Los okupas comenzaron a invadir poco a poco las instalaciones del Grand Hotel Callao Sport, lo hicieron por un lateral porque las puertas principales estaban cerradas. Cabe destacar que el edificio estaba completamente dotado y que sólo se observaba cierto abandono en los jardines. 

Hoy, es un foco de okupas y las 92 habitaciones del hotel están tomadas, pero no les bastó con eso, desvalijaron y vendieron todo; además, se adueñaron de la cocina, el gimnasio, y de todas las zonas comunes. Todo salió a la luz cuando saltaron las alarmas del hotel.

Hablan los vecinos

Durante las primeras semanas de la okupación los vecinos no paraban de llamar a la Policía por el excesivo ruido, las fiestas eran y siguen siendo el pan de cada día. Y aunque “no ha pasado nada, no nos sentimos seguros aquí”. 

Además, la zona está muy contaminada, aunque ahora se ve menos basura y el camión la recoge.

Cuentan los vecinos (también los propietarios del lugar) que los okupas se van alternando y que “les cobran un alquiler por su estancia”. 

Aseguran que no “parecen gente vulnerable”, hay niños y algunas personas mayores, pero la mayoría de ellos son jóvenes. Incluso, es habitual que lleguen autos de lujo al lugar. 

Qué dicen los propietarios del hotel 

personas en hotel

La administradora única del hotel, Domasa S.A, confirma que hoy en el entorno del hotel impera la inseguridad, la suciedad y el malestar. Afirman que el problema pasó de ser personal a convertirse en un problema social. 

Ante la okupación de la propiedad, ellos presentaron dos demandas por lo civil y por lo penal, pero ninguna ha prosperado. La administradora única parece estar resignada: “Esa es la justicia que tenemos en España, tu propiedad no es tuya y los okupas tienen más derechos que nosotros como propietarios”. 

La evidencia es que estos okupas no pagan ni agua, ni luz, ni basura, un gasto que por ley asume el complejo hotelero, que tampoco puede suspender estos servicios. En el caso de la luz, las facturas se han triplicado si se comparan con las del hotel cuando éste estaba en pleno funcionamiento. 

Lo que dicen las autoridades

El Juzgado de Instrucción número 2 de Arona, ha rechazado las medidas cautelares solicitadas por Domasa S.A, el caso pasará ahora al Juzgado de Instrucción número 3 de Arona, lo que demorará aún más la resolución de este caso de okupación.