Desocupaciones Mallorca

Hombre forzando una cerradura

Definitivamente los okupas no dan descanso, las noticias van y vienen; en esta ocasión un español protagonizó una okupación que parece sacada de una película hollywoodense. 

La historia inició cuando el joven, después de pasar la noche de fiesta, asaltó una lujosa parcela de más de 5000 metros cuadrados ubicada en Son Vida, el barrio más lujoso y exclusivo de Palma de Mallorca, pero lo que parecía una aventura no quedó allí pues el hombre regresó al día siguiente y al cerciorarse de que la mansión estaba deshabitada decidió quedarse a vivir en ella. Era mayo del 2022.

La lujosa villa, propiedad de un holding establecido en Luxemburgo, cuenta con cuatro dormitorios, cuatro baños, cocina, distintos salones, trastero y varias plazas de garaje; además, tiene una piscina que los okupas se apresuraron a llenar para dedicarse a disfrutar de ella.

Los okupas (el joven había invitado a cuatro de sus amigos a vivir con él), actuando como dueños de la propiedad, procedieron a instalar un sistema de alarmas para asegurarse de que a nadie más se le ocurriera la idea de okupar la que ya consideraban su residencia.

De igual manera contrataron un servicio de limpieza, dedicándose a vivir con todas las comodidades y los lujos que les ofrecía el lugar.    

Okupas de lujo: llega el poni y el pitbull  

Al joven no se le ocurrió vivir de bajo perfil, al contrario, en julio de este año asistió junto con su pareja y la hija de ésta al Zoo de San Lorenzo de Cardessar (Mallorca) y tras disfrutar del safari alquilaron un poni de paseo para la niña, pero en vez de devolverlo se lo llevaron y lo instalaron en el lujoso jardín de la que consideraban su mansión. 

En esa oportunidad el joven fue detenido por este hecho, y la Guardia civil  encontró al animal en la propiedad meses después.

El robo del pitbull

En la madrugada del 27 de agosto, el joven okupa le robó un cachorro de pitbull a una mujer mientras lo paseaba por la calle Menacor de Palma, la mujer se resistió y acabó herida, siendo trasladada a un hospital; pero ella pudo describir al sospechoso con toda propiedad.

Los familiares de la mujer ubicaron al hombre por las redes sociales y le urgieron a que devolviera el animal, solicitud que obtuvo resultados pues el joven llevó el perro a la residencia de la mujer al día siguiente; sin embargo, fue arrestado días después y se le acusó de robo sin violencia.    

La okupación llega a su fin

cajas

El pasado 20 de noviembre, después de año y medio de okupación, el Juzgado 6 de Palma logró expulsar al joven y a sus amigos del inmueble a través de un proceso de desahucio ordenado por la Juez Rosa Mas. 

En el proceso, agentes de la Policía Local de Palma junto al abogado de los propietarios de la Villa acudieron al chalet que el okupa abandonó poco antes de que lo echaran, dejando la propiedad totalmente destruida.

Al joven okupa lo espera un juicio en él que será acusado de un delito de usurpación, en el caso de ser condenado, el posible castigo será el pago de una multa. 

Mientras tanto las mafias de okupas se instalan en Palma 

Los habitantes del antiguo cuartel de Son Busquest en Palma ya tienen nuevos vecinos, se trata de una veintena de okupas, muchos de ellos toxicómanos, así que las antiguas dependencias militares se han llenado de delincuentes y ventas de drogas. 

En la actualidad el lugar está completamente cerrado pero no existe ningún tipo de seguridad.

Estas instalaciones se convirtieron en tierra de nadie tras el traspaso que hizo el Ministerio de Defensa a la Sociedad Pública Empresarial de Suelos SEPES, órgano que depende del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agencia Urbana; así que esta okupación estaba avisada, era un secreto a voces pero nadie intervino para evitarla.

En una primera fase, los okupas se dedicaron a desvalijar las instalaciones, se llevaron todo el cableado eléctrico y el material de seguridad, destrozando todo a su paso;  después los  nuevos inquilinos se dedicaron a la mudanza.

El cuartel se ha partido en dos    

Una parte del antiguo cuartel está habitada por okupas toxicómanos, indigentes, entre otros; el otro sector es mucho más peligroso pues allí se han instalado bandas organizadas que están adecuando la zona para cobrar por vivir allí; es más, ya cobran 50 euros al mes. 

¿Qué pasará cuando sean cientos?

Ahora ya es tarde, son una veintena de okupas pero han destrozado todo; los vecinos están molestos y preocupados porque saben que llegarán más, y si consiguen echarlos, cosa que ponen en duda, tendrán que reforzar la zona.