Desocupaciones Mallorca

edificio abandonado

Aunque estos números no son para alegrarse, las cifras de okupaciones del 2023 en España mantienen su tendencia a la baja en todo el territorio español según datos proporcionados por el Ministerio de Interior; un descenso que proyectan desde 2020 entre las diferentes regiones.

Ahora bien, es necesario aclarar que, en las cifras proporcionadas no hay distinción entre allanamiento de morada (se refiere a la ocupación de una vivienda habitual, bien sea, primera o segunda residencia) y usurpaciones  (ocupación de inmuebles que pertenecen a entidades bancarias, o viviendas vacías). Esto lo establece el órgano judicial correspondiente.

De acuerdo a los datos compartidos, el número de denuncias registradas en España en 2022 fue de 16.726, mientras que el del 2021 fue de 17.274 casos recopilando los datos de la Policía Nacional, la Guardia Civil, las policías autonómicas y los cuerpos municipales.

Cabe destacar que estas cifras no reflejan con exactitud el número real de okupaciones en el país, primero porque son muchos los allanamientos y usurpaciones que no se denuncian sino que se resuelven de manera personal, se llega a un acuerdo con el okupa o se contrata a una empresa especializada en desocupaciones, como lo es Desocupaciones Mallorca.

Así mismo tampoco se toman en cuenta las inquiokupaciones que son una cifra que va creciendo cada vez más y de la que el Ministerio del Interior no lleva registros, como tampoco son considerados los datos de la Ertzaintza por parte del Gobierno Vasco.

Datos por comunidades autónomas 2023 

Cataluña, aparece en el tope de la tabla con 6.258 ocupaciones registradas, con esta cifra supera a las tres siguientes regiones: Andalucía (2.331), la Comunidad Valenciana (1.640) y Madrid (1.516).

Al final de la tabla, con menos ocupaciones de viviendas, están: Asturias (88), Cantabria (76), y La Rioja (52); esto sin contar, con las ciudades autónomas de Melilla (11) y Ceuta (9).

Sin embargo, siete comunidades autónomas vieron subir sus cifras: Asturias, sufre un crecimiento del 29,4%, La Rioja (15,5%), Cantabria (14,4%), Canarias (14,3), País Vasco (11,8%), Galicia (11,5%), y Aragón (8,9%).

Al contrario, hay regiones donde el descenso fue notable, Murcia, por ejemplo, tuvo una caída del 31,4%, Navarra (26,1%), y la Comunidad Valenciana (19%).   

Finalmente, las cifras presentadas por el Ministerio del Interior muestran un total de 15.289 infracciones penales relacionadas con el allanamiento de inmuebles o la usurpación, en esencia, todas las okupaciones del 2023 (recuérdese la falta de distinción), lo que representa una caída del 8.8% con respecto al 2022.

Pero, ¿Cuál es la percepción del ciudadano español ante el riesgo de okupación? 

Los ciudadanos españoles lidian actualmente con el temor de que sus segundas residencias puedan ser okupadas; así lo evidencia la segunda edición del estudio “La seguridad en los hogares españoles”, del Observatorio Securitas Direct.

Según los datos de este estudio, el 43% de los encuestados dice visitar su segunda residencia en los periodos vacacionales largos como navidad, semana santa, verano y puentes largos; por esta razón estos inmuebles permanecen vacíos durante mucho tiempo, lo que aumenta el riesgo de okupación.

Ante esta situación, 8 de cada 10 propietarios ha tomado algunas medidas de prevención, como las puertas blindadas que sigue siendo la principal medida de protección en este tipo de viviendas.

Otra de las opciones son las rejas en puertas y ventanas, aunque esta solución fue superada por la instalación de una alarma conectada a una Central Receptora de Alarmas.

De este estudio también se desprende que el 21% de los españoles tiene una segunda residencia en zonas rurales, el campo o zonas costeras. Y la mayoría tienen más de 55 años, por lo cual esa segunda vivienda representa años de trabajo y esfuerzo.     

Los resultados de este estudio demuestran cómo el ciudadano español no ha perdido el temor ante el riesgo de okupación de su vivienda, eso sí, ha buscado alternativas que lo hagan sentirse más seguro, o que al menos minimice la posibilidad de que pase a engrosar las estadísticas y se convierta en víctima del flagelo de la okupación.