Desocupaciones Mallorca

La okupación es considerada por muchos como un fenómeno social, sin embargo, para otros, no es más que un delito que se ha convertido en un negocio, uno, donde unos pocos se están enriqueciendo al aprovecharse de propietarios, pero también de unos cuantos ingenuos.

Pero todos coinciden en algo: en que la okupación sigue siendo una gran preocupación para los ciudadanos españoles porque, o ya han sido víctimas de los okupas o temen serlo.

El negocio de los okupas

Son muchos los casos que demuestran que la okupación se utiliza como un negocio: hay okupas rentistas, son los que okupan pisos y casas y después se dedican a alquilar las habitaciones libres.

Por otro lado, están los que se dedican a la okupación y extorsión, estos ocupan un piso y piden dinero para poder abandonarlo, cuando logran que les paguen se van y hacen lo mismo en otra zona. Y están los que okupan un piso o una vivienda y después las “venden”, sí, así como lo estás leyendo.

Otro de sus negocios es que tienen sus cerrajeros okupas. Como puedes ver, muchos okupas no sólo viven gratis también se lucran de la propiedad ajena que han usurpado.

Y como todo buen negocio, con el tiempo, la okupación se fue sofisticando. Por ejemplo, hay mafias que ofrecen servicios de inmuebles que ellos mismos han ocupado. Y otros que okupan con mujeres embarazadas o con niños para evitar el desalojo.

El negocio de las inmobiliarias

La venta de un piso okupado en España es legal, sin embargo, si la propiedad está okupada el precio puede bajar en un 40% y un 60%, pero esto no hace que haya más compradores, porque la persona interesada en la propiedad tiene que estar dispuesta a comprar un inmueble sin verlo y sin saber cuándo podrá disponer y disfrutar de él.

En la mayoría de los casos quienes están comprando estas viviendas okupadas son las inmobiliarias, porque como muchas personas no quieren esperar la solución al proceso de desalojo, muchas inmobiliarias han visto ahí una oportunidad para invertir, incluso, algunas les ofrecen a sus clientes que pueden comprarles su piso sólo 48 horas después de aceptar su oferta.

Y es que, usualmente hay desesperación del lado del vendedor, al punto de saber que perderá dinero, pero lo hace porque ya está cansado y no quiere seguir luchando con el problema de la okupación; se debe tener presente que un juicio de desahucio puede tardar meses.

Los expertos en el sector inmobiliario le atribuyen esta práctica de comprar y vender casas okupadas, muy en auge en ciudades como Madrid, a la falta de viviendas en el mercado. Anteriormente estos pisos los compraban sólo los fondos de inversión, ahora hasta los particulares han entrado al negocio. 

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